Los alumnos del colegio franco-ecuatoriano La Condamine y los estudiantes de la Escuela Francesa de Cuenca cerraron su visita a Bélgica con una última parada en el emblemático monumento del Atomium de Bruselas. Levantado con motivo de la Feria Mundial de 1958, este ícono arquitectónico se ha convertido en un símbolo inconfundible de la capital belga. La oportunidad de explorar este monumento era una experiencia que no podían dejar pasar en su viaje por Europa.
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Después de maravillarse con la grandeza del Atomium, los alumnos se despidieron de Bélgica y pusieron rumbo hacia un nuevo país: Luxemburgo. Allí, serán recibidos durante dos días en un encantador hostal en las afueras de la ciudad. Los jóvenes exploraron su nuevo entorno, disfrutaron de una deliciosa comida y se concedieron un merecido descanso para recargar energías.
Mañana, una nueva aventura aguarda a estos viajeros: el Museo de la Guerra en Bastogne. Con cada experiencia vivida, los alumnos amplían sus horizontes y enriquecen su comprensión del mundo que los rodea. El viaje sigue, lleno de aprendizaje, descubrimiento y momentos inolvidables.
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