Después de 15 días de nuevas aventuras, descubrimientos y aprendizajes en tierras lejanas, los alumnos del colegio franco-ecuatoriano La Condamine y de la Escuela Francesa de Cuenca finalmente regresan a Ecuador, trayendo consigo una mochila llena de recuerdos y experiencias inolvidables.
En el aeropuerto de Quito, familiares y seres queridos esperaban con los brazos abiertos, ansiosos por dar la bienvenida a los viajeros de vuelta a casa. Un enorme cartel con la frase "Bienvenidos mis longos" adornaba el lugar, un gesto especial que llenó los corazones de los alumnos de alegría y emoción. Abrazos cálidos y risas invadieron el aeropuerto en un reencuentro lleno de amor.
Mientras tanto, los alumnos de Cuenca emprendieron nuevamente un largo viaje en bus de 10 horas de regreso a su ciudad, donde a las 3 de la mañana eran recibidos con la misma calidez y entusiasmo por parte de sus padres.
Este viaje no habría sido posible sin el apoyo incondicional de los padres de familia, cuyo respaldo fue fundamental en cada paso del camino. A los alumnos, por su comportamiento ejemplar y por representar dignamente a su país como verdaderos embajadores. Un agradecimiento especial se dirige a los profesores organizadores Lenin Villagomez y Luigi Brusa, cuyo compromiso y dedicación hicieron posible esta aventura única. A cada uno de los acompañantes que, con su dedicación y cuidado, garantizaron la seguridad y el bienestar de los alumnos en todo momento.
A través de este blog, familiares, amigos y seguidores han sido testigos de las emocionantes aventuras vividas por los alumnos. Ahora, con el regreso a casa, se cierra un capítulo inolvidable, pero queda la certeza de que nuevas aventuras aguardan en el horizonte. ¡Hasta la próxima!
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